A 2 metros de distancia

Incontables filósofos y teólogos intentaron demostrar la separación entre mente y cuerpo. Fue solo desde mediados del siglo pasado cuando el pensamiento feminista y la ciencia empezaron a comprobar que la mente está inmersa en la fibra misma del cuerpo. Es más, es el cuerpo el que prevalece. «Una mente sin cuerpo... es inconcebible», recalcaba Simone de Beauvoir en 1949, agregando que, más allá de su genética o anatomía, el cuerpo (y de paso la mente) está condicionado por «la educación y el entorno».

Desde la revolucionaria invención del internet, somos cuerpos en transición hacia nuevas e inestables dimensiones. Somos cuerpos en mutación. El coronavirus solo vino a exacerbar este estado de radical alteración de nuestras realidades y percepciones en torno a los vínculos entre cuerpo y hogar (una «prisión blanda», según P.B. Preciado); cuerpo y viaje; cuerpo, autoridad y castigo; cuerpo e intimidad; cuerpo y música, canto o danza; cuerpo y sacralidad; cuerpo y belleza o apariencia; cuerpo y memoria; cuerpo y gestación; cuerpo y desintegración; cuerpo y espacio natural, mental o cósmico; cuerpo y pantalla; cuerpo aislado o cercano; cuerpo y color de piel; cuerpo y género; cuerpo y economía; cuerpo y biología; cuerpo y ecología; cuerpo y pornografía; cuerpo y lenguaje, cuerpo y exceso; cuerpo y salud, discapacidad o enfermedad; cuerpo y comunidad planetaria o local; cuerpo y deseo; cuerpo y entrega, cuerpo y mito, cuerpo y rito…

Las obras aquí expuestas revelan una conciencia visceral de las profundas contradicciones que hoy afrontamos. Todas son el producto de reflexiones y experiencias vividas en esta época de pandemia. Todas se concibieron desde el encierro corporal. Y todas abren caminos de conocimiento, comunión, resistencia y liberación.

Adrienne Samos

Momo Magallón

6 feet apart

Reproducción digital de la obra original en acrílico sobre tela, 51x91 cm, 2020. Col. de María Laura Pérez.

Mi proceso investigativo se ha basado en observar el mundo exterior. Caminar por las calles de la ciudad siempre ha sido indispensable para mí. A causa de la pandemia tuve que volcarme al estudio de los espacios interiores.

Pequeños gestos dictan mi práctica y me ayudan a explorar (y empujar) los límites de la pintura. A través de colores intensos, texturas y la fusión de dibujo y pintura, doy protagonismo a objetos del día a día. Mi propósito no es reproducir las cosas que observo, sino darles una perspectiva personal, como la que vive en mi memoria. Existe un juego entre lo que está pintado y lo que no, para así dar relevancia a los patrones del soporte/trasfondo, que a veces –como en Six feet apart– consiste de una tela prefabricada.

Libertad Rojo

Sigilo para despertar y recuperar el sueño

Videoperformance, 3:45 min., 2020

Esta obra evoca estados oníricos e hipnóticos de proyección del inconsciente y los deseos que habitan el cuerpo/mente. Fue creada con fragmentos y simbología que aluden e invocan el deseo de libertad y conciliación con la naturaleza, la exaltación de la alegría y la rebeldía, y la exploración de la conciencia y el inconsciente a través, y desde, concepciones ritualísticas.

Sigilo para despertar y recuperar el sueño es una suerte de autodefensa psíquica contra el vampirismo y los encantamientos tramposos del sistema y sus canales de adormecimiento.

 

Conversatorio: Cuerpos desbordantes
Un diálogo entre la curadora Maya Juracan y las artistas Libertad Rojo y Risseth Yangüez.

Ana Elena Tejera

Habitamos

Videoperformance, 6:45 min., 2020

La transformación puede ser una palabra romántica y, sin embargo, para alcanzarla debemos atravesar pantanos en la oscuridad y enfrentar los miedos. La pandemia me ha dado la oportunidad de hacerme ciertas preguntas: ¿Cómo convivir con todos los seres con quienes habitamos este planeta? ¿Cómo habitamos con el virus? ¿Cómo escuchamos el lenguaje de las plantas y los animales? Algo similar ha pasado en mi trabajo: ha surgido la necesidad profunda de abandonar categorías y formas establecidas para dejar que las sensaciones hablen con diversas texturas y lenguajes.

El confinamiento me ha llevado a la práctica espiritual de la danza derviche. Para poder girar y girar durante horas debo entregarme al vértigo y a la oscuridad; escuchar lo que mi cuerpo quiere decir junto a los demás cuerpos a mi alrededor. La danza me ha hecho entender que el caos es parte de la luz y que habitarlo con agradecimiento es transformador.

 

Estética de la colaboración
Un diálogo entre Ana Elena Tejera, José Carlos Zavarse y Humberto Vélez.

Risseth Yangüez Singh
Fotografía digital, 64x28 cm, 2020

Esta no es una invitación. Es una advertencia. Una advertencia contra la cosificación. Un aviso a tu racismo. ¿Por qué me quieres tocar el cabello? ¿Qué te hace creer que puedes reclamarlo, que puedes entrar en mi espacio sin que antes te invite?

«Es solo cabello»: sí y NO. Este cabello le fue negado a mi cuerpo. Este cabello se cortó, quemó y mutiló por cientos de años. Se sigue usando como objeto de burla, de inferioridad, de deseo; como algo “exótico” y siempre como una cosa, nunca como parte de un ser humano. Quisiera que solo fuese cabello. Pero me lo reapropio y lo convierto en mi defensa y mi ímpetu. En una granada que abre el paso al cuestionamiento y a la búsqueda de lo que me fue arrebatado.

 

Cuerpos desbordantes
Un diálogo entre la curadora Maya Juracan y las artistas Libertad Rojo y Risseth Yangüez.

José Carlos Zavarse
Obra sonora y colectiva en progreso, 2021

La pandemia ha sido un catalizador para reencontrarme con mi quehacer artístico. Desde hace unos años comencé a tomarle aversión al arte de «pared» en todas sus expresiones. Con ello me refiero a obras donde el espectador tiene un mero rol pasivo. Dejé de «producir obra» y emprendí un viaje hacia la evolución de mis prácticas pedagógicas. Ahora comprendo que mi obra consiste en trabajar con las personas para que emerjan expresiones honestas de nuestro sentipensar.

Aún es muy temprano para mostrar los resultados de esta obra. Así como la mayoría de las cosas se han dilatado debido a la situación nacional (y planetaria), nuestro proyecto va lento, pero con convicción, como las tortugas que anidan en nuestras playas.

Estética de la colaboración
Un diálogo entre Ana Elena Tejera, José Carlos Zavarse y Humberto Vélez.

 

 

Esta muestra colectiva es el resultado de la convocatoria que lanzó MAC Panamá en 2020 para ofrecer un reconocimiento expositivo y monetario a cinco artistas en esta época crítica. La selección de las obras estuvo a cargo de un comité conformado por Ana Elena Garuz, Maya Juracán y Adrienne Samos. Esta iniciativa ha sido posible gracias al apoyo del Ministerio de Cultura de Panamá y a mecenas comprometidos con el arte y la cultura en nuestro país:

Rosas, Rodríguez y Asociados
Activentas
Familia Ríos Bru
Raúl Cochez Maduro
Donación anónima

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